Continuémos con la historia interminable...


Ese fin de semana fue como siempre, aunque me acordaba cada dos por tres de ella. Recordé que el día que nos despedimos para pasar el fin de semana, ella me dijo que al menos le mandara un sms.....así que aunque estaba un poco confusa por todo, ( éra consciente que ella podía hacer lo que quisiera puesto que entre nosotras no había nada. Otra cosa era que yo no lo entendiera ) el sábado le mandé un mensaje con una tontería para que se riera....me contestó al momento y me dijo que le encantaba como era...

El domingo volví al piso y por la noche me llama y me cuenta lo del chico éste. Me dice que estuvo todo el fin de semana agobiándola, que ella no quería eso, que no quería verlo, etc, etc.....resumen: que lo iba a dejar, que no fue nada.....

En la siguiente semana, mi compañero de piso que era compañero de clase de ella y del chico éste de la discordia, los invitó a comer a mediodia a casa. Ella ya lo había dejado, pero él seguía insistiendo. Yo, sinceramente, iba a mi rollo. LLegué para almorzar y estaban allí, saludos de rigor, me preparé la comida y me senté en la mesa. Recuerdo que ella se pasó toda la comida mirándonos a los dos como en plan comparativa......( por supuesto, yo ganaba...jeje)

A todo esto, ella y su amiga estaban de nuevo buscando piso, puesto que como ya dije, en el que estaban no les gustaba y demás.

Una mañana estando en la facultad, vino corriendo a buscarme para decirme que había quedado para ver un chalet justo allí al lado, que fuera a verlo con ellas, si nos gustaba podríamos irnos todos..........quería ir y no quería ir, sabía que el sitio me iba a gustar y sabía que quería volver a vivir con ella, pero por otro lado, era un lío en todos los sentidos. A pesar de todo ( como era eso de dos tetas pueden más que dos carretas????) fui y me encantó.

Ahí empezó un dilema de unos días en el que tenía que valorar todo antes de decidir. En realidad, me salía más barato, estaba más cerca de la facultad y, bueno, estaba ella....Así que sí, dije que sí.

Empezamos a vivir allí y también empezaron las tardes enteras abrazadas en el sofá, el estar juntas a cada momento, los miles de abrazos antes de dormir, el despertarla por la mañana, etc, etc, etc......

Aquí termina una parte de la historia.